Las prisas, la “prontomanía”, el estilo de vida rápido, se ha instaurado en nuestras vidas en las últimas décadas.
Hay quién lo interpreta cómo señal de prestigio, indicio de estar muy ocupado y de ser un gran profesional.
¡¡Qué equivocación!!. Aunque bueno, cada cual vive cómo quiere, pero yo prefiero dedicar tiempo al tiempo, y lanzar un mensaje contrario para vivir en equilibrio y en calma…y lo mejor de todo, evolucionando al mismo ritmo, o incluso a mejor.
Ir por la vida “como pollo sin cabeza” o en continuo atolondramiento, y alta velocidad, puede ser sinónimo de una mala gestión del tiempo y de un desequilibrio acusado entre la vida personal y profesional.
En las profesiones digitales, estas prisas se camuflan con un aparente sosiego de alguien sentado durante muchas horas, ante una única herramienta es un equipo informático, sin equipo personal presencial.
Digo aparente, porque la buena o mala organización de las herramientas digitales, y gestión del tiempo, no se perciben a simple vista.