Entre mis clientes, me encuentro muy a menudo con la duda de si están cobrando un precio justo por sus servicios o si por el contrario, y dicho un poco de andar por casa, están “palmando dinero”.
Por lo general, hay profesionales que determinan sus tarifas de una forma poco acertada. Por ejemplo, recurren a:
- Investigar a la competencia para saber sus precios, y en base a eso decidir.
- Preguntar a personas de confianza “¿Tú cuánto pagarías por mis servicios?”.
Siempre les digo lo mismo, “Tremendo error. ¿No tienes en cuenta tus necesidades? ¿Y las necesidades de tu negocio? ¿Quieres hacer realidad tu propósito de una vida mejor? ¿Está bien recompensado el valor y transformación que experimentan tus clientes al contratarte?”.
Además, ya no se trata de tener un sueldo digno, sino de que, dependiendo de lo que cobres por hora, tu actividad se tiene que acelerar más o menos.
Imagínate que el total del importe de facturación este mes, no te llega para tener un sueldo digno. Está claro, necesitas vender más.
Sin embargo, te agobia el hecho de pensar en tener dos clientes más, con el poco tiempo que te queda disponible, tendrías que echar horas de más y vivir para trabajar…eso de lo que huías cuándo trabajabas para otros.
En definitiva, quizás tus tarifas están mal calculadas porque no has tenido en cuenta tu PRODUCTIVIDAD.
Entonces, te mereces más que nadie, el paso a paso que te explico en este artículo…¡¡sigue leyendo!!.